Al día siguiente, empezamos por visitar la Alcazaba. Hacía calor desde la mañana, así que disfrutamos de la visita. Al principio del viaje, no me apetecía ir a Málaga. Pero al final descubrí que es una ciudad muy bonita. La vista que teníamos desde lo alto de la Alcazaba era preciosa. El mar brillaba con la luz del sol y el agua tenía un color zafiro claro. Me gustó mucho aquel momento. Sacamos fotos del grupo y nos reímos. Después visitamos dos museos de Picasso. La primera visita nos pareció un poco larga pero era interesante (y gratis para los estudiantes). Vimos algunos de sus cuadros y cerámicas. No me gusta mucho ese estilo de pintura, sin embargo los cuadros son raros lo que resulta original. A veces lo raro forma parte de la belleza. Luego nos fuimos a comer un bocata. Además de tener hambre, estábamos cansados de tanto andar. Pasamos por el parque antes de volver al hostel y cenamos en la playa. Otro día que se había acabado.
El tiempo pasa volando.
En la Alcazaba
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